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lunes, 21 de julio de 2008

I Marcha nocturna al Rocío

Desde hace algún tiempo andábamos dándole vueltas al tema de hacer una salida nocturna. Si, si, como lo leéis, de noche. Así que cuando el mes pasado mi buen amigo Manolo "El Lama" del Club Btt Camas, me comentó que ellos también estaban en ese menester, no hizo falta nada más para poner en marcha la maquinaría y "organizar" el evento.
Desde el principio se decidió que la fecha idónea sería el viernes 18 de Julio, no por la paga, sino por la oportunidad de disfrutar de una farola sin igual. ¡Luna llena!.
Total. La hora 23 fue la elegida por los compañeros de Camas para citarse en casa de Andrés, por lo que concluimos que sobre las 23:30 podríamos vernos en nuestro punto habitual de citas. La gasolinera del Corona en Bormujos. Y así fue, presentándose trece bikers provinientes de la localidad camera que unidos a los siete que esperábamos impacientes allí conformamos un nutrido grupo. De alucinante he de considerar la visión que dábamos por el camino de servicio de la A-49, cuando en la oscuridad una ristra de luces bajaba hacía el Vado del Río Pudio.
Ya en "La Verea" al pasar por la Venta Trabuco, las gentes que allí cenaban nos jaleaban, impresionados sin duda a la vista de semejante espectáculo.
No hubo de pasar mucho tiempo para que ya en el Camino de Sevilla a Villamanrique, "la goma" empezara a tensarse. Y es que nadie quería tragar polvo quedándose detrás del pelotón, por lo que todos intentábamos ir a la cabeza, con el consiguiente aumento de la velocidad.
Aún así el grupo no se "estiraba" demasiado y al llegar a los Pinares de Merlo, tan solo mediaban unos 50m entre la cabeza y el "farolillo rojo". Nunca mejor dicho.
Pero claro, cuando se va en la locomotora y no se conoce muy bien el camino, ocurre lo que unos kilómetros más adelante ocurrió. Cinco componentes "se pasaron" el desvío hacia la Escuela de Seguridad Pública y continuaron adentrándose en los pinares, sin percatarse de las voces que por detrás dábamos los que si nos percatamos del error. Afortunadamente, tras varios intentos de Manolo por contactar, vía móvil, se logró hacerles ver su estravio emplazándoles más adelante, en Villamanrique, púes allí en la oscuridad los mosquitos nos estaban "comiendo".
Aquí hubimos de pasar un tramo de arenas que a más de uno nos hizo poner pies en suelo y creo que incluso alguno se "tumbó". Afortunadamente nada de importancia.
Una parada en el Puente del Quema, nos había de servir para agrupar un pelotón qué, ahora sí, se había estirado sobremanera. El buen firme y en bajada del super conocido trazado desde la Escuela hasta el Vado, nos había hecho alcanzar hasta 40km/h.
Otro tramo de arenas nos separaba de la localidad de la Condesa, pero sin nada que ver con el anterior.
Llegados a este pueblo, en la plaza del Ayuntamiento, decidimos esperar al grupo "perdido". ¿Y que mejor forma de quitar el polvo de nuestros gaznates, que degustando unos "zumos de cebada"? Así púes, sería La Bodeguilla de Doñana, la elegida para tan grato menester.
Pero nuestra alegría por lo que estaba resultando un encuentro ciclista "redondo", habría aquí de truncarse cuando al llegar los "ciclistas pródigos", nos comunicaban que Andrés sufría una caida en los pinares y tenía que ser retirado por un Land Rover al puesto de la Cruz Roja de Aznalcazar, desde donde sería trasladado a Sevilla. ¡El mismo conminaba a los demás a seguir camino, dejándole solo!
Salimos de Villamanrique por la carretera del Polideportivo, donde la chavalería de estos lares celebraba su pertinente "botellón", sirviendoles nuestro paso de diversión por la novedad que significaba en su monótono divertimiento basado en ingerir alcohol.
Ya en la Venta "La Pará" los "cameros" optaron por tirar por la raya, haciendo caso omiso a nuestra recomendación de finalizar la ruta por la Carretera de las Fresas, debido al estado de las arenas. Nosotros los "aljarafeños", más "maduritos" y conservadores preferimos seguir por el asfalto. No obstante alguno más de los "intrépidos", decide al terminar "la raya chica" cambiar el arenoso firme, por la "comodidad" de nuestra opción.
De nuevo las piernas se alegran, imprimiendo un alegre pedaleo, que hace elevar de nuevo la media final y haciendo que a eso de las tres de la mañana alcanzásemos las primeras casas de la Aldea Almonteña.
Ha sido una experiencia distinta. Por la noche, por la sensación de pedalear en medio de la nada sin referencias, por la buena compañía. En fin, que a casi todos nos dejó muy buen sabor de boca. ¡¡Esto hay que repetirlo!!

La ruta.
En esta ocasión las fotos dejan mucho que desear, pero aquí tenéis un ramillete para que os hagáis la idea.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, he visto que formais un grupito de mtb del cual me gustaría formar parte.

Soy de Palomares, y me gustaría ponerme en contacto con ustedes o decidme de algun foro donde organizais las quedadas.

Os dejo mi correo:

hipolitodominguez@hotmail.com

Saludos.

Guadiato16 dijo...

Ok compañero, por e-mail te contesto.
Bienvenido.