Amigos, volvimos del Camino sanos y salvos.
Ha sido una experiencia fabulosa.
Al final lo hicimos en trece días. Salvo este detalle, cási todo salió como estaba previsto.
Os resumo un poco, que no quiero ser más pesado de lo que me pertenece.
La primera etapa transcurrío dentro de la normalidad, acudieron a despedirnos a la Catedral de Sevilla los amigos Tomas, Daniel y Jose Antonio. También vino Juan Antonio Moñino, pero decidío acompañarnos un rato. Y bien que lo hizo, se plantó en Almaden de la Plata, comió con nosotros y se volvió para Bormujos. Total unos 170km que se marcó.
Gracias a todos por los animos y la magnifica compañia.Este día solo cabe reseñar "la caló" que nos hizo.
En la segunda etapa, tuvimos nuestro primer gran contacto con la esencia Vía de la Plata. Entre Almaden y El Real de la Jara, discurre el camino por unos barrancos en los que en numerosas ocasiones habiamos de echar pie a tierra.
Aún así y aunque también "la caló" nos atacó con fuerza, alargamos un poco la etapa e hicimos noche en Los Santos de Maimona. Si algún día haceis este camino, ni se os ocurra hacer noche en su albergue de peregrinos. Sucio, deteriorado y ocupado por gente que nada tenian de peregrinos. Encima te cobran 3€ para darte una llave que de nada te sirve pues aquello está abierto y sin vigilancia. Total que nos fuimos a un hostal, el Hostal Rosa, con buena y limpia cama.
La siguiente fué una etapa un tanto comoda. La
Tierra de Barros es una comarca de la provincia de Badajoz sin grandes desniveles, surcada por buenos caminos con interminables rectas, de modo que nos fué fácil mantener una buena media y recalar en
Merida a eso del mediodía.
Al día siguiente, de Merida a Caceres, también se nos hizo bastante comoda. La orografía, aunque distinta de la anterior, no presentaba demasiadas dificultades. Hicieron aparición las primeras brumas matinales e incluso el cielo se encapotó un poco, no obstante ya en Caceres se abrió una estupenda tarde que nos dió la oportunidad de disfrutar de esta bella ciudad.
Distinta, aunque no por ello fea, fue la etapa de el día 5 de Junio. Trás salir de Caceres atravesamos la parte norte de su provincia, grandes extensiones de campo "pelao", sobre todo hasta Cañaveral, donde lo unico digno de mención, podría ser el paso junto al Embalse de Alcantara con magnificas vistas. Se dice que es el más grande de Europa.
También este día hariamos unos kilometros más, para en lugar de dormir en Galisteo, como estaba previsto, hacerlo en Carcaboso, pudiendo así conocer a la Señora Elena.
Mención aparte merece esta señora que regenta un hostal, pero muy a su manera. Nos trató cási como si estuvieramos en casa. A la tarde incluso se sentó con nosotros a la puerta, deleitandonos con su charla. ¡Que de historias y cuanta vida!.
Nuestro primer contacto con la lluvia vendría al sexto día de peregrinación, ya por la mañana al salir de
Carcaboso, los cielos no auguraban nada bueno. Efectivamente poco después de pasar Caparra nos empezó a caer una lluvia fina qué, si bien no era muy molesta, sí nos calaba hasta los huesos. Ya en
Baños de Montemayor, antes de subir el
Puerto de Bejar, se rompió el techo gris y nos comenzó a caer la de Dios. Pocas veces he pedaleado yo con semejante manta de agua. Menos mal que el final de esta etapa ya estaba cerca y pronto llegariamos a
La Calzada de Bejar,
donde en el
Albergue Alba Soraya, ("Chapeau" para este albergue) pasariamos una confortable tarde. Chimenea, buena compañia y unas lentejas que... bueno, hasta repetimos plato. También me gustaría mencionar al dueño de este lugar, lo lleva con su señora (Manuela creo) y sus hijas (Alba y Soraya), y se nota que les gusta. Te ofrecen buen cobijo y magnifica comida, en un ambiente agradable. También el resto de la aldea nos daba ocasión para el contacto con la naturaleza y con sus gentes, que en cualquier rincón se paraban a conversar con nosotros.
Nuestro primer domingo en camino, nos iba a deparar la etapa más larga, no solo de nuestro peregrinaje, sino de toda nuestra vida ciclista. Salimos de La Calzada de Bejar, sin lluvia pero con la humedad tipica del día después, con bastante frío.
Así discurrieron los kilometros de manera que a mediodía estabamos en Salamanca. Nos dirigimos al albergue pero estaba cerrado y no abría hasta la tarde. Así que dispuestos a buscar un sitio donde comer comenzamos un peregrinar por la ciudad, abarrotada de gente tanto por su condición de "muy turistica", como por ser jornada festiva y celebrarse las elecciones al Parlamento Europeo.
No habia de pasar mucho rato para, cási sin ponernos de acuerdo decidir unanimemente continuar camino. En un principio hasta
El Cubo del Vino, que era el próximo pueblo con albergue. No obstante, llegados a este y envista que el albergue estaba repleto, nos liamos la manta y continuamos hasta
Zamora. Total eran "solo" unos 40 más. Así qué, pensado, dicho y hecho. A eso de las 6 y media estabamos entrando en el Albergue de Peregrinos de esta bonita ciudad.
Bueno voy aquí a hacer un alto en mi relato. Pronto lo retomaré para narraros algo de lo acontecido en los seis días restantes y dejaros el enlace a la colección de fotos.
Un saludo.