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domingo, 26 de julio de 2009

Vamos a la playa



Desde hace unas semanas veniamos acariciando la idea de hacer una ruta por la orilla del mar, así que, sin más, organizamos para este pasado sábado la travesía entre Matalascañas y Mazagón.
Hubo que quedar temprano, tempranisimo para algunos, a las 7:15 salimos de Bormujos, aunque la salida real era sobre las 8:30 en la Playa de Mazagón.
De momento nos juntamos un buen montón de gente. De Bormujos, Rafael y Yo. De Gelves, Pepe "Er Carpi", Juanlu, Custodio, Tomas y Rafa "el Largo". Desde Bellavista, mi buen amigo Paco Palacios. Y también acudían desde El Portil, Cristobal y Pepe. Estos dos llegaban yá con 37-38km pues venían en bici desde allí.
Ah, me olvidaba de nuestro compi Juan Antonio Moñino. A este lo recogeremos en Matalascañas, pues viene desde Pilas y lo hará en bici.
Total que con este nutrido grupo arrancamos por la Avenida de la playa con dirección al Camping Mazagón, para tomar el Carril-bici que discurre hasta Matalascañas paralelo a la carretera que une estas dos localidades costeras. No llevabamos más de un par de kilometros, cuando una fuerte pendiente nos haría perder un poco el resuello. Claro, a pesar de ser esta una salida sin demasiadas dificultades montañeras, para llegar a la carretera desde la playa, se ha de subir ese desnivel que caracteriza a esta parte de la costa de Huelva. Es poco, no más de 30-40m, pero señores, recien salidos y con las piernas aún frías, cualquier repecho, por pequeño que sea, te pone el corazón a 1000 por hora.
En fin, ya en la vía ciclista, comenzamos un rodar magnifico. Que maravilla de carril. Durante los primeros 6 ó 7 km está asfaltado, con una anchura más que aceptable y por supuesto, por la orografía de la zona, sin ningún desnivel de importancia.
Pasa por la entrada a la Playa de El Parador (km 2.5). Por la famosa Base Militar de Arenosillo, con un nombre que nos llamó bastante la atención. Instituto Nacional de Tecnica Aeroespacial.
Y como unos 1000m después, pasa por la puerta del Camping Doñana. Aquí se acaba el asfalto y el piso pasa a ser de tierra, salpicado en alguna ocasión por pequeños bancos de arena. Discurre por entre la típica vegetación mediterranea, jaras, romero y chaparros entre otras especies arbustivas.
A la altura del km11 de este carril, llegamos a La Cuesta de Maneli, vale la pena recorrer los pocos metros que separan el aparcamiento de la orilla del mar, para disfrutar de unas magnificas vistas de la Playa de Castilla, pero esta vez no vamos a visitar el mirador, pues Juan Antonio nos espera en Matalascañas y además no queremos que se nos haga muy tarde. (sobre todo por "la caló").
Algo después nos saldría al paso Juan Antonio que harto de esperar en Matalascañas había decidido venir a nuestro encuentro por el camino que sabía que llevabamos. Ahora ya con el grupo al completo, volvemos a pedalear con buen ritmo y enseguida se forman dos "grupettos", el de los "machacas" que se pierde rápidamente camino adelante. Y el de los "mataos", que nos quedamos pedaleando con más tranquilidad. Aún así rodamos a 22-23km/h, que no es poco.
Nos cruzamos en esta zona con un gran pelotón de carreteros. ¡Vaya grupo! lo menos van 70 u 80 "pedaleros". También a lo largo de este trayecto nos cruzamos con numerosos "beteteros", momentos en los cuales habiamos de extremar la precaunción, pues ya por esta zona el carril no es tan ancho.
Por cierto una gran cantidad de ellos sin casco. La gente no sabe lo duro que está el suelo. Y que no me digan que es que hace calor, que más calor hace con la cabeza vendada por haberte pegado un talegazo.
Y hablando de talegazos, ya entrando en el Parque Dunar de Matalascañas, "embobao"con los alrededores, no se me ocurrío otra cosa de tocar un poco el freno delantero, con la consiguiente clavada de rueda y magnifico vuelo rasante por encima del manillar. El posterior aterrizaje sería un poco menos agradable, pues acababamos de entrar en una zona hormigonada, es decir una lija del triple "0". Afortunadamente al caer levanté la cabeza, evitando así rasparme la cara. ¡Joé, que uno ya es bastante feo, para encima echarte abajo la careta! Total, el brazo derecho todo "esconchao" y algunos refregones en las piernas. ¿Que le vamos a hacer? El que no se embarca, no se marea.
Ya en la Playa de la Higuerita, buscamos un lugar para tomar un tentempíe y rápidamente nos dirigimos a la orilla para volver hacia Mazagón por la banda de arena dura que deja la marea al bajar.
¿Que os puedo contar de la experiencia de pedalear por la playa? Eso es que hay que vivirlo.
Al comienzo, había que ir pendiente de los bañistas qué, cosa obvia, estan a su bola disfrutando del día de playa. No hemos de olvidar que aquí los intrusos somos nosotros. Pero una vez que pasan unos pocos cientos de metros, toda la banda costera queda a nuestra disposición. ¡Y son kilometros y kilometros de playa lisa!, salpicada solo de vez en cuando por algún bañista que se pega la caminata para poder bañarse en cueros y que se quedan asombrados al ver a un montón de pavos montados en bici por "su terreno".
Pronto vuelve a estirarse nuestro pelotón, formandose esta vez varios grupos. Al primero de ellos no volveríamos a verlo, como era previsible. En el segundo nos quedamos 5 o´6, y algo más atrás otros 4 ó 5. No obstante, a poco de andar por la playa, decidimos esperar a los últimos y así formar un buen grupillo.
Iremos pasando así largos y solitarios tramos de playa animados por las bandadas de gaviotas que también se asombran a nuestro paso.
La Playa de la Cuesta Maneli, la del Pico del Loro. Alcanzamos la famosa Playa de Rompeculos, hay una explicación historica de su toponimo pero, yo, por si acaso, me lo pensaría antes de tumbarme en la arena. Ja, ja.
Algo después la del Parador Cristobal Colón, aquí ya sientes que se va terminando nuestro recorrido, pues los escasos 5km que nos separan de Mazagón, se ven bastante poblados de bañistas.
Efectivamente llegando a las primeras casas de esta población comienza a hacerse más duro nuestro transito playero. Por varios motivos la gente qué, en su derecho, campa a sus anchas y, sobre todo, la arena que esta cada vez más movida por esa misma gente. Así pues decidimos salirnos a la carretera, que no es otra que la que tomamos esta mañana despues de dejar nuestros coches.
Algo menos de un kilometro después ya alcanzamos nuestro destino. Ahora una ducha en alguna de las casetas de aseos de la zona. Por un €uro vuelves para casa como un señor.