Que "peazo" de mañana se presentó este domingo. Cuando a las 8 nos reunimos en nuestro sempiterno punto de encuentro, hacía un "fresquito" sumamente agradable. Alguno, como yo, decidimos salir de casa con manga larga, que aunque me duraría poco, si me facilitó la entrada en calor.
Pues eso, JuanMa, Diego, Jesús y Yo, partíamos, tras los 5 min de cortesía con dirección a Gines, donde el amigo Andrés ya aguardaba nuestra llegada. Ignacio desde Valencina acudía a nuestro encuentro por el carril bici que une estas dos localidades, y a la altura del Hotel Vereda Real ya conformamos un equipo de 6.
A Salteras llegamos atravesando la vía del ferrocarril, por el Cordel de los Carboneros. El mismo que una vez traspasado este pueblo nos llevó hasta la Fuente de la Coriana y el Vado de El Palmar (el del puente de madera), ya cerca de Aznalcollar.
Aquí comenzamos un frenético descenso junto al Río Guadiamar, en el que pudimos disfrutar de unas magnificas estampas, gracias a la abundante avifauna, que pueblan las lagunas que forma el exiguo cauce. Lástima que la velocidad no me permitiese tomar alguna fotografía. Pero bueno "pa" nosotros se queda. Así otra vez venís más gente.
A la altura de Aznalcazar, alguien insinúa la posibilidad de subir al pueblo a desayunar. La respuesta no se hizo esperar, y aunque subiendo por la Cuesta de los Gitanos, nos adentramos en esta localidad como si de un solo ciclista se tratase. En la cafetería Haiti, dimos cuenta de unas tostadas en menos que se tarda en contarlo.
Junto a la rotonda que es punto de partida de la carretera de La Puebla, tomamos el Camino del Quema para alcanzar este cortijo que da nombre al afamado vado.
Una vez en este, continuamos por el Camino de la Tiesa, adentrándonos en los Pinares por un paraje fascinante y "pisando" las primeras arenas.
Mal momento el que pasó nuestro amigo Ignacio, al sufrir un tirón bajo la rodilla derecha que nos hizo realizar una parada de emergencia. Aunque no creáis, que a todos nos vino bien un respiro. El amigo Andrés, comenta que quizás se deba a que el sillín parece ir un poco alto, pues se ha fijado que estira la pierna demasiado, y tras bajarlo un par de centímetros continuamos nuestra ruta.
Aunque ya lo dije en alguna ruta anterior, de otro sitio, este es uno de los caminos más bonitos de todos los pinares. ¿Que queréis? Me gusta tanto esta zona.
Alcanzamos por estas sombras la Venta del Cruce y algo después de la Cañada de los Pájaros giramos a la derecha para llegar a la orilla del Guadalquivir. Donde la semana pasada no se veía más allá de unos metros, hoy la vista es grandiosa. Grandes extensiones de arrozales, verdes y mecidos por la brisa, el río, que está en marea alta, es una ancha banda que atraviesa la vega y encima la temperatura acompaña. ¡Joé, no se puede pedir más!
Bueno si, por eso es que en el quiosco del embarcadero de Coria, hacemos una "parada técnica", y con una técnica superdepurada, nos "jincamos" unos botellines. Uno por barba, que aún nos queda llegar hasta Gelves y subir al Aljarafe.
Por Simón Verde sería por donde haríamos la ascensión.
Un poco antes, por la autovía que une Coria con Gelves, pudimos demostrar el alto grado de compañerismo que existe en este deporte. Como quiera que nuestro "angel" Diego, venía un poco justo de fuerza, (a ver, las vacaciones que son muy duras) pues eso, que como andaba ya un poco "cortito", decidimos hacerle un hueco en medio del grupo, con la idea de arroparlo y evitar que el aire, que ahora llevábamos en contra, mermara más sus ya maltrechas reservas.
¡Y que "peazo" de labor que hicimos!
Coño, que subiendo por Simón Verde, tiró el tío "pa'lante" y nos dejó a "tos" "clavaos".
¡Ay, la madre que lo parió! La próxima vez, lo va a arropar....
Que nooo, lo que pasa es que este tío es así, en cuanto ve un repecho, se lanza "pa'rriba" y me consta que necesitaba esa "mano" que le echamos en la recta. Además el siempre tiene un apoyo para el que va renqueante. ¡Y ya está!
Bueno, púes a eso de las 13:30, estábamos entrando en Bormujos por El Zaudin y con pequeñas variaciones todos marcábamos entre 93 y 96 km.
El compañero Juan, que también hoy se incorporaba de sus vacaciones, y que nos encontramos en la Cervecería de La Imperial, se dejó caer con un magnifico ágape, lo que desde aquí, en nombre de todos, agradezco públicamente.
En su honor y a petición suya, organizaremos para el próximo domingo una "rutilla" igual, o mejor si cabe, que la de hoy.
Por cierto, que se me pasaba. Mano de santo lo del sillín de Ignacio.
Aquí hay más fotos.
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